14 septiembre 2006

Maldades premeditadas

Cuando sea grande, tenga una casa, un trabajo, alguien con quien compartir la vida, hijitos, y toda las boludeces esas que uno se imagina al mejor estilo Susanita, y vea que mi hijo, en su edad mas puber, este en la "etapa heroica" como algunos teorizadores se atreven a llamar, osea, la de pleno descubrimiento sexual, y se encierre en el baño para dar comienzo al interminable ritual de la masturbacion, cada cinco minutos le voy a golpear la puerta preguntando: "che negro ¿falta mucho?"

Ya se que me voy a ganar algun circulo medio livianito del infierno, pero va a ser muy, muy gracioso.

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